Es uno de los parques naturales, menos naturales que existen… un lugar lleno de leyendas en el que todos están de paso. Hablamos de la Costa de los Esqueletos de Namibia, un lugar en el que muchos aun descansan.
Al Noroeste de Namibia, entre el río Kuene y el río Ugab, África esconde una trampa mortal en la costa. El agua fría asciende desde las profundidades del mar hasta la superficie lo que provoca que, al chocar con el intenso calor atmosférico, se originen brumas marinas que duran prácticamente todo el año. Además, el viento sopla de levante hacia el océano a fuertes velocidades lo que provoca unos impresionantes oleajes.
Estas condiciones, han traído de cabeza a los navegantes durante siglos y siglos de historia. Los primeros fueron los portugueses que llamaban a la costa de Namibia «la Puerta del Infierno». Sus embarcaciones no conseguían superar los impedimentos climatológicos lo que generaba que embarrancaran en el desierto y los tripulantes tuvieran que ir andando kilómetros y kilómetros hasta tierra habitada. En muchas ocasiones, este camino había que hacerlo sin agua y a altas temperaturas por lo que la costa de los esqueletos no sólo se quedaba con pecios sino que también, con los restos de tripulaciones. A los restos de los navíos hay que añadir la incesante pesca de ballenas y lobos marinos que ha habido siempre en esa costa lo que dejaba restos de estos animales en el mismo lugar. Por tanto, aunque el nombre de la Costa de los Esqueletos parezca estar relacionada con los piratas más temidos, nada más lejos de la realidad: naufragios de los navegantes europeos en las bravas aguas a los que hay que añadir, los restos de la caza indiscriminada.
Entre las leyendas, mitos e historias que recorren la Costa de los Esqueletos y su corriente «maldita» Benguela, podemos encontrar muchos navíos que esconden entre sus camarotes la historia que sólo ellos pudieron haber contado: Dunedin Star, Islander, Suiderkus, Sir Charles Elliot, Kaio Maru, The Seal, Luanda, Toscanini, Atlantic Pride, Torra Bay…
A día de hoy, en los 20.000 kilómetros cuadrados por los que se extiende el Parque Nacional de la Costa de los Esqueletos, sólo es posible visitar una tercera parte debido a los peligros que supone. Para los dos tercios restantes es preciso tener un permiso turístico especial. De hecho, según las autoridades de Namibia, existen restos que tienen más de cinco siglos de antigüedad. Un lugar aparentemente desolado pero que cuando se pone la noche, se llena de los animales más salvajes que han hecho de la soledad de la Costa de los Esqueletos, su hogar y forma de vida. Concretamente, en Cape Cross residen más de 300.000 focas y leones marinos de forma continua. Entre los lugares más increíbles de este Parque Nacional, podemos encontrar los Castillos de arcilla de Hoarisib que son serpenteantes formaciones arcillosas que se han creado de forma natural. También son muy reconocidos los salitres del monte Agate.
Para dar la bienvenida al Parque Nacional y, teniendo en cuenta la fama que ha ido adquiriendo con los años este lugar, una puerta con dos calaveras nos anticipan lo que estamos apunto de visitar en un lugar en el que es mejor estar de paso. ¿Estás preparado para visitar uno de los lugares más increíbles del Planeta Tierra? Visita Namibia y descúbrelo 😉