Muchas veces llamamos misterio o enigma a algo que desconocemos o no entendemos. Puede que nuestros conocimientos sean aún limitados y tal vez sea demasiado pronto para comprenderlos. En el ámbito científico el funcionamiento del efecto placebo o la fusión fría podrían ser claros ejemplos. Sin embargo, existen también otro tipo de incógnitas que se escapan a toda lógica. Seguramente estos interrogantes estén más cerca de la mera leyenda que de la realidad, pero sin embargo ahí están y siguen sin resolverse a pesar de los siglos. Con más de tres mil años de antigüedad, el caso del Arca del Alianza podría considerarse uno de los más míticos.
Arca del testimonio, Arca del Pacto, Arca del Convenio, Arca de Yahveh o Arca del Testimonio, la tradición judeocristiana se ha referido a ella de varias formas. Según cuentan, se trata de un cofre de madera cubierto en oro que contiene las tablas de los diez mandamientos que Dios le entregó a Moisés en el monte Sinaí. Habilidades mágicas, acabar con ejércitos enteros, separar mares o allanar montañas, son algunos de los poderes que supuestamente el arca otorga. Todo ello ha provocado la curiosidad de numerosos teólogos, arqueólogos, aventureros y escritores. Y entre todos ellos la pregunta siempre ha sido la misma, ¿dónde se encuentra realmente el Arca del Alianza?
Pues bien, según la tradición copta ortodoxa etíope el arca se halla en la ciudad de Aksum. Y no se trata únicamente de una teoría, no. Los 45 millones de cristianos etíopes están totalmente convencidos de que está allí y para comprobarlo no hace falta más que preguntarle a uno de ellos. Según dicen, fue el hijo del rey Salomón el que decidió llevar el arca hasta allí hace 3.000 años. Aksum es la capital de la iglesia ortodoxa etíope y es considerada a veces como la Jerusalén de Etiopía.
Concretamente el arca está guardada en la Iglesia de Santa María de Sión. Hasta hoy ha sido custodiada por monjes ortodoxos de la ciudad, pero tan sólo uno la vigila de cerca. Se trata del vigilante del arca, una persona que pasa prácticamente las 24 horas del día junto a ella. Transcurre nada más y nada menos que 22 horas rezando frente al cofre, por lo que únicamente tiene dos horas para dormir. Él mismo será el encargado de elegir al sucesor que seguirá con su misma labor.
Leyenda, cuento, fantasía, mito… Puede que este fantástico objeto sea todo o nada de esto. Sin embargo, el misterio siempre está ahí. Se trata de uno de los tesoros más míticos del Antiguo Testamento y ha pasado a formar parte de la cultura popular con apariciones en diferentes películas, libros e incluso canciones. Ficticia o no, su búsqueda a lo largo de la historia ha sido constante. Así que, ¿quiénes somos nosotros para poner en duda su existencia?