Cuando decidimos viajar al continente africano las posibilidades son infinitas y decidirse por un destino concreto resulta muy difícil. El Kilimanjaro en Tanzania, los gorilas de Uganda, las pirámides de Giza, el desierto de Namibia, Ciudad del Cabo en Sudáfrica o la avenida de los baobabs en Madagascar… Todos ellos son lugares increíbles que merece la pena visitar antes de abandonar esta amada tierra. Sin embargo, para un primer acercamiento al continente, visitar Etiopía es una elección más que acertada, y en esta breve guía sobre el país te explicamos porqué.
Etiopía fue el país del mundo con más patrimonios de la humanidad declarados por la UNESCO. Por lo tanto, esto es sinónimo de riqueza cultural y lugares de ensueño. El país lo podemos dividir en dos mitades, la Etiopía del sur y la del norte. Por un lado, en el sur, tenemos una tierra aborigen, llena de tribus. Allí podemos encontrar a los famosos mursi o a los hammer. Por otro lado, el sur es un lugar mucho más verde. A continuación te contamos cuales son los destinos claves de ambas partes del país.
Adís Abeba: Seguramente sea el punto de llegada y salida del viaje. Es la capital y ciudad más poblada de todo Etiopía y está situada en el epicentro del país. Como gran parte de territorio africano, fue invadida a lo largo de la historia. Concretamente los italianos y los ingleses fueros quienes dejaron la mayor huella. Podemos encontrar infinidad de edificios notables como la Catedral de San Jorge, la Santísima Trinidad o el Teatro Hager Fikir.
Iglesias de Lalibea: Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESO en 1978, son una ser de iglesias construidas bajo tierra. Se trata de un lugar único en el mundo ya que constituyen el principal exponente de los escasos restos de la Dinastía Zagüe. Todas ellas tienen un característico color rojizo debido a la roca en la que han sido construidas. Su construcción posiblemente date del año 1200, y hay numerosas teorías sobre ellas. Contrariamente a lo que se cree, los templarios no fueron quienes las edificaron.
Cataratas del Nilo Azul: Situadas al norte, en la Región Amara, son unas de las cataratas más increíbles del planeta, y están consideradas las más importantes de África. La caída del agua está entre los 37 y los 45 metros, llegando a alcanzar, en las estaciones más lluviosas, los 400 metros de ancho. Son, sin duda, uno de los atractivos turísticos del país, todo un espectáculo.
El Lago Tana: A apenas 30 kilómetros de estas cataratas tenemos el Lago Tana, y constituye la fuente del Nilo Azul. Tiene unas treinta islas e islotes que varían dependiendo del nivel del agua. Podemos encontrar varios monasterios a lo largo del lago que merece la pena visitar. Allí yacen multitud de emperadores etíopes, incluso hay quién dice que en una de sus islas descansó la Virgen Maria en su viaje de regreso a Egipto.
Gondar: Fue capital de Etiopía, y esto es muy palpable por gran cantidad de castillos y edificaciones antiguas. El Recinto Real de Fasil Ghebi es toda una atracción turística , pero no podemos olvidar la abadía de Debre Berhan Selassie, los baños de Fasilides, el complejo de Qusquam, el monasterio de Mariam Ghemb o el palacio de Guzara.
Parque Nacional Simein: Por último, no podiamos dejar África sin visitar uno de sus parques nacionales. El de Simein está situado entre las increíbles montañas del mismo nombre, y tiene una extensión de 16.500 hectáreas. Cedros y mañios, brezo y salvia, se distingue muy diferente vegetación dependiendo de la altitud en la que nos encontremos. Por otro lado, en cuanto a los animales que podremos observar, destacan el lobo etíope, la cabra Abisinia, el famoso y característico mono gelada.