Grandes y rugosas montañas, inmensas zonas arboladas y densas selvas en el 65% de su superficie. Verde por todos lados. A día de hoy Laos luce un aspecto increíble, sin embargo, no siempre fue así.
Durante la guerra de Vietnam, entre 1964 y 1973, la Fuerza Aérea estadounidense realizó 584.000 misiones y arrojó 260 millones de bombas sobre Laos, media tonelada de explosivos por cada habitante del país. Todo ello para cortar la línea de suministros que el país tenía con Vietnam. Después de esto no quedo ningún edificio en pie y los socavones convirtieron la región en un queso gruyere. ¿Cómo se recompone un pueblo después de algo así?
Casi medio siglo después el territorio está totalmente recuperado, y sin duda el blindar gran parte de su riqueza cultural ha sido una de las decisiones clave por parte de los laosianos. Es por eso que, a diferencia de muchos otros lugares en el sudeste asiático, en Laos no encontraremos una masificación de turistas. Un ambiente más rural, sin playa pero también sin aglomeraciones, ni agobios. En Laos encontraremos actividades, itinerarios y lugares increíbles que podremos visitar tranquilamente.
Vientián
Conocida como “la capital más tranquila del mundo”, la ciudad principal de Laos cuenta con unos 700.000 habitantes. Evoluciona lentamente y a día de hoy podemos encontrar alguna que otra franquicia internacional. Templos, la rivera del río Mekong, el Patuxai y el santuario más visitado de Laos, el Pha That Luang, son importantes puntos de interés de la ciudad.
Luang Prabang
Se trata, sin duda, de una de las ciudades con más encanto de todo el sudeste asiático. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995, es famosa por sus más de 50 templos, mezcla de arquitectura budista y colonialismo francés. Fue la capital del país durante la época del Reino de Laos, hasta que en 1975 el Pathet Lao derrocó al gobierno y creó la República Democrática Popular Lao.
Si Phan Don
Traducido literalmente como las 4000 islas, este lugar está situado en medio del Mekong, donde el río se diversifica en diferentes afluentes. Se crean así innumerables pequeñas islas asiladas entre sí. Aunque sin demasiadas comodidades, existen diferentes establecimientos donde poder descansar y sentirse, al mismo tiempo, parte de la naturaleza más salvaje.
Nong Khiaw
Situada al norte, suele pasar inadvertido para muchos de los turistas que viajan a Laos. Se trata de un pequeño pueblo junto a una curva del río Nam Ou. Está rodeado por altas montañas y ahí radica gran parte de su belleza, en ese claro contraste entre río y monte. Unos días allí y fácilmente nos convertiremos en un laosiano más, sin estrés y con esa filosofía de tomarse la vida con tanta calma. Como suelen decir allí “trabajar demasiado es malo para el cerebro”, así que a relajarse toca.