6 maravillas naturales por accidente
El mundo está repleto de lugares llenos de encanto, atractivos más o menos turísticos que atrapan a los viajeros. En la mayoría de las ocasiones, este tipo de lugares de visita están respaldados por una sólida estrategia para atraer a personas de todo el mundo. Sin embargo, algunas otras veces, son el fruto de alguna estupenda casualidad. Así ocurre con los ocho lugares que os presentamos hoy. Están esparcidos por todo el mundo y tienen en común que, antes de que la naturaleza los tocara con su varita, no estaban pensados para llamar la atención de las masas. Sigue leyendo para conocer las ocho maravillas naturales por accidente del mundo.
El camino de cuento en Irlanda
En el condado de Antrim, en Irlanda, en un tramo de carretera cerca de Bregagh Armoy, se encuentra este camino que parece sacado de uno de nuestros cuentos favoritos de la infancia. Los árboles que recubren el sendero son hayas plantadas hace muchos años por una familia del lugar, que pretendía decorar el camino de llegada a su mansión, y que crecieron tan cerca unas de otras buscando la luz, que han creado una de las postales más fotografiadas de la zona.
El géiser del desierto de Gerlach, Estados Unidos
Sin duda, es una de las visiones más peculiares de esta lista. En medio del área desértica de Gerlach, en el estado de Nevada, en Estados Unidos, se encuentra esta especie de géiser que riega la zona. En un intento por encontrar algo de agua que ayudara al ganado y los cultivos de la gente del lugar, un grupo de hombres decidió perforar la superficie en este punto. Su sorpresa fue que encontraron una fuente de agua termal que, desde entonces, se mantiene en el mismo sitio y forma una escultura de lo más chocante con el resto del paisaje.
Los maravillosos restos de una antigua explotación minera, España
En León, más exactamente en la comarca de El Bierzo, se encuentran las “montañas del oro”, también conocidas como Medilianum. Además de ser el testigo de la explotación del Imperio Romano en su búsqueda de oro y minerales preciosos en la zona; también está considerado como uno de los Patrimonios de la Humanidad. En esta ocasión, la mano del hombre tuvo mucho más que ver que la naturaleza, pero esta zona de explotación se ha fusionado con el paisaje leonés formando colores y formas de lo más sorprende.
El ‘Tunel del Amor’, Ucrania
Bajo este romántico apelativo, se encuentra en Ucrania un claro ejemplo de cómo la naturaleza crece, aunque tenga que adaptarse al crecimiento de las ciudades. A medida que los árboles crecían en este rincón ucraniano, el tren era el único moldeador de sus formas. Así, ambos han terminado por crear un pasadizo de lo más fotogénico y admirado por los visitantes.
El pequeño oasis de Texas, Estados Unidos
En esta ocasión, la mano humana no ha tenido nada que ver con la aparición de este pequeño rincón de paz cerca de Austin, Texas. Ha sido el fruto de años de trabajo incansable de la naturaleza. Hace más de un siglo, un río subterráneo logró erosionar tanto lo que era una pequeña cavidad, que el suelo se vino abajo dejando al descubierto un pequeño y resguardado oásis en el que se encuentran una cascada, aguas calmadas y vegetación de la zona. Hamilton Pool, así se conoce el lugar, está rodeada de piedra caliza, estalactitas, musgo, algunos arbustos entre las rocas; y, por supuesto, muchos visitantes.
El bosque sumergido en una laguna azul, Japón
Este lago de color azul celeste, en el que asoman varios árboles, es el resultado de la construcción de una presa en las afueras del pueblo de Biei, en Japón. Los habitantes de la zona decidieron delimitar este terreno para evitar que la erupción del volcán Tokachi les alcanzara. La acumulación de agua termal que fluye a unos dos kilómetros, unido al alto componente en minerales que esta posee- y gracias a ello su color azul-, han conseguido que este lugar parezca mágico y acogedor. El bosque, con sus árboles ya resecos, a pesar de que sigan en pie, lo componían ejemplares de alerce y abedul.
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