Arequipa, vivir a la sombra de un volcán

Hoy viajamos a Perú. El país tiene numerosos atractivos, pero hoy nos vamos a quedar en la que es la Capital Jurídica de Perú y la segunda con mayor número de habitantes: Arequipa. Es tan sorprendente, que es una de las ciudades que la UNESCO ha reconocido en su conjunto como Patrimonio de la Humanidad. Resulta un apasionante destino gracias a su sorprendente localización a la sombra de tres volcanes; el más conocido de ellos el volcán Misti. En este caso, se trata de un volcán activo de 5820 metros de altura, que se mantiene como telón de fondo omnipresente, dándole a la ciudad un toque único. Por esto y mucho más, hoy nos metemos de lleno a descubrir Arequipa. ¿Te vienes? 

 

 

Comenzamos nuestra andadura por la Plaza de Armas, una gran superficie con forma cuadrada que acoge cada día a cientos de personas dispuestos a relajarse, mantener distendidas charlas o sentarse a descansar. Es el centro neurálgico de la ciudad y se siente en el ambiente. Su gran fuente central y las palmeras que lo rodean convierten este lugar en un punto de reunión perfecto para los habitantes de Arequipa y el sitio ideal para que los visitantes disfrutemos de la esencia más pura de la ciudad. Toda esta vida que desprende la Plaza de Armas, no opaca en absoluto sus preciosos edificios de estilo colonial y sus galerías, o la preciosa y enorme catedral de Arequipa, es decir, la Catedral Basílica de Santa María. 

 

Cerca de la Plaza de Armas, nos encontramos con lo que podríamos considerar una pequeña ciudad dentro de la propia ciudad de Arequipa. Se trata del Convento de Santa Catalina, lugar que se remonta a la época colonial y que todavía guarda algunos restos de sus orígenes españoles. Ocupa unos 20000 metros cuadrados, que hasta 1970 estaba completamente aislados del exterior. En la actualidad, se puede pasear por sus calles al aire libre adornadas con flores de diferentes colores, cada una de ellas en honor a una ciudad española. Las blancas en honor a Córdoba o las rojas por Málaga, por ejemplo. Además, sus patios están decorados con pinturas que reflejan pasajes de La Biblia. Desde que entramos hasta que salimos del convento, notaremos cómo todo a nuestro alrededor mantiene un estado de paz casi absoluto, solamente interrumpido en ocasiones por los pasos y las conversaciones de los visitantes que vienen y van.

Como forma perfecta de equilibrar calma y vida más desenfrenada, lo mejor es continuar la visita hacia el Mercado de San Camilo; sin duda, un espectáculo para los cinco sentidos. ¡Sobre todo para el gusto! Sus colores, sus olores y, lo más importante, sus sabores harán las delicias de cualquier visitante, más o menos foodie. 

 

Por supuesto, no hemos llegado a Arequipa atraídos por sus volcanes para quedarnos con las ganas de visitar uno de ellos. En este caso, el volcán Misti. Nos dirigimos a la otro zona de la ciudad, cruzando el río Chili, por el Puente Bolognesi, donde descubrimos el distrito de Yanahuara. Encontramos aquí casas mucho más pequeñas, calles empedradas y, lo mejor de todo, un mirador con vistas al volcán y a toda la cordillera andina. Para quienes prefieran el descanso, la visita puede terminar aquí; los valientes que quieran conocer el volcán de cerca, pueden continuar. 

 

Hacia lo alto del volcán Misti 

Es importante recordar que la subida a un volcán requiere preparación y buena forma física; además de un seguro de viaje y no tener problemas de salud, por lo que será mejor valorar nuestras posibilidades reales antes de aventurarnos en esta excursión de varios días. Una vez decididos a subir, lo mejor es contar con un buen guía que conozca la zona. 

Durante dos días, comenzaremos una andadura hacia lo alto del volcán Misti, en la que llegaremos hasta unos 5000 metros. La vista de Arequipa es única. Incluso las nubes quedarán a nuestros pies. Eso sí, llegar hasta aquí supondrá caminar durante más de diez horas diarias. El premio será dormir en la ladera, mientras disfrutamos de las luces de la ciudad brillando a lo lejos. Una experiencia que seguro que no olvidarás en tu vida. 

 

 

 

A la vuelta de esta gran aventura, solo te queda disfrutar de la gran gastronomía peruana en uno de los muchos restaurantes que encuentran su sitio en la ciudad de Arequipa. Entre sus mejores platos se puede degustar el ceviche, mientras te tomas un buen pisco peruano.

 

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