La esculturas y estatuas más curiosas del mundo
Si hablamos sobre esculturas, a todos se nos vienen a la cabeza muchas y muy sorprendentes obras de arte de todos los tiempos. Pero, además de las más históricas, cada vez más aparecen en las ciudades otras nuevas esculturas con menos recorrido a lo largo del tiempo, pero tan curiosas que son capaces de cautivar a los visitantes. Así ocurre con estas: las 12 esculturas más curiosas del mundo. Ya sea por su forma, por su localización, por el mensaje que pretenden transmitir o por el material con el que se han creado, el caso es que estas obras de arte acaparan los flashes en las ciudades que las acogen.
Expansión, Nueva York
Junto al puente de Brooklyn, en Nueva York, se encuentra esta preciosa estatua que juega con los huecos del bronce y la luz. Su creadora, Paige Bradley, quien consiguió hacerse muy popular gracias a ella, confiesa que la obra es una herramienta para cuestionarnos nuestra existencia, a través de interrogantes como “¿nos reconoceríamos si pudieramos expandirnos más allá de nuestro cuerpo?”.
Transeúnte anónimo, Polonia
En polaco se conoce como Przejście, lo que en otros idiomas se ha traducido como “transeúnte anónimo”. Ocupa los dos lados de la calle en la que se sitúa, con siete figuras a cada lado. Fue inaugurada en 2006, año del 24 aniversario de la ley marcial en Polonia. Se trata de una escultura de lo más reivindicativa, ya que pretende visibilizar a los ciudadanos que fueron asesinados durante la década de los 80. Resulta llamativo e inquietante ver cómo las figuras desaparecen en el asfalto.
Zapatos al borde del Danubio, Hungría
Al igual que la anterior, esta escultura situada a orillas del Danubio tiene un tinte más social y reivindicativo, guiado por parte de la historia más dura de Europa. Los pares de zapatos que le dan forma rinden homenaje a los judíos asesinados durante los años de la II Guerra Mundial. Su localización frente al Puente de las Cadenas, además de lo curiosa que resulta, ayuda a que muchos de los visitantes que llegan a Budapest se detengan a observarla.
Hombre en el trabajo, Eslovaquia
Es una de las estatuas más simpáticas hasta ahora. Esta pieza de bronce muestra a un hombre que mira a la calle desde dentro de una alcantarilla. Está en el mismo lugar desde que en 1997 la creara el escultor Victor Hulik y se ha ganado el cariño de locales y visitantes de Eslovaquia. Popularmente es conocida como ‘Cumil’, que quiere decir ‘el vigilante’.
Vaartkapoene, Bélgica
Es cierto que la escultura más conocida de Bruselas es el pequeño Mannekin Pis, pero en la capital belga se encuentran otras simpáticas obras como esta. Su nombre es Vaartkapoene y muestra a un policía que está a punto de caerse al suelo por un ladrón que le agarra el pie desde una alcantarilla. Se encuentra en la Plaza de Sainctelette, un poco alejada de la zona más turística, pero, aún así, es una de las esculturas favoritas de los viajeros que visitan la ciudad. Una prueba del buen humor de los belgas.
Estatuas bajo el mar, Lanzarote
En un lugar tan ligado al mar como una isla, tenía que ocurrir que hasta las esculturas estuvieran sumergidas. Así ocurre en Lanzarote, donde se encuentra uno de los museos más peculiares del mundo: el Museo Atlántico. Reúne 300 piezas de piedra a 12 metros de profundidad entre las que los buceadores pueden moverse a su antojo. Las estatuas se muestran en momentos de la vida cotidiana: llevando maletas, abrazados, mirando el móvil… Sin duda, una experiencia curiosa donde las hayas.
Fuera de servicio, Inglaterra
Las cabinas de teléfonos rojas son uno de los reclamos más perseguidos por los turistas que llegan a Londres. En esta obra, el escultor David Mach se sirve de ellas para crear ‘Out of order’, una escultura que se encuentra al suroeste de la capital inglesa desde 1989 y que muestra una hilera de las típicas cabinas cayendo en efecto dominó.
Nelson Mandela, Sudáfrica
Todos conocemos la importancia de Nelson Mandela en la historia de Sudáfrica, por eso no nos extraña que el país haya querido rendirle homenaje con una escultura. Pero esta no es una pieza cualquiera, está cargada de simbolismo y metáforas, que la convierten en una de las piezas de esta curiosa lista. Se creó con el 50 aniversario de su captura, por eso está compuesta por 50 columnas que dibujan su perfil y a su vez representan los barrotes de la prisión en la que cumplió condena durante 27 años.
Monumento a la biblioteca del Estado, Melbourne, Australia
Frente a la verdadera biblioteca del Estado, en Melbourne, se encuentra esta peculiar escultura en la que se muestra un edificio que se puede intuir como una biblioteca hundiéndose en el asfalto. Su escultor, Petrus Spronk, explica que guarda referencias al triángulo de Pitágoras en sus proporciones y que simboliza el reflejo del pasado y lo efímero que es el presente.
El desconocido, Reykjavik, Islandia
Magnús Tómasson es el autor de esta estatua que acapara miradas en la capital islandesa. Uno de los “tributos” más extraños de la lista: a los burócratas. Aunque no con poca ironía. Se trata de un hombre que pasea maletín en mano, pero que solo está esculpido hasta la cintura; la parte superior de su cuerpo está formada por una losa enorme de piedra. Las interpretaciones son múltiples entre quienes se acercan a descubrirla, pero de lo que no hay duda es de que se trata de un gran reclamo en los paseos a pie por Reykjavik.
Escultura del Dibujo por Neil Dawson, Nueva Zelanda
Las obras de Neil Dawson son reconocidas por desafiar a la gravedad y darle un toque animado a las ciudades en las que se encuentran. Normalmente, juegan con los espacios abiertos y con el cielo como telón de fondo, por eso, parecen figuras de cómic dibujadas sobre paisajes reales. En el caso de Nueva Zelanda, esta peculiar escultura se encuentra en The Farm, un gran parque privado con acceso al público.
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