Laos, la joya del sudeste asiático
Laos, uno de los destinos más auténticos y menos turísticos del sudeste asiático.
Conocida desde la antigüedad como la tierra del millón de elefantes, este paraíso natural esconde templos budistas, junglas casi vírgenes, cuevas, ríos subterráneos… más de lo que puedes desear ver en tu paso por el sudeste asiático.
Apenas explotado, ofrece una apacible vida rural, ciudades atemporales perfectamente conservadas, una maravillosa arquitectura budista entremezclada con un aire francés y una mezcla de sabores que dejarán a más de uno con ganas de más. El lugar ideal para escapar de todo y experimentar la espiritualidad asiática entre sus atardeceres infinitos y sus interminables arrozales.
Para demostrarlo, os presentaremos algunas cosas que podréis ver y experimentar en vuestro paso por Laos.
Vientián
Vientiane, la capital del país, es lo más parecido a una gran ciudad en Laos. Esta antigua y tranquila ciudad colonial francesa, es completamente accesible en bicicleta y guarda los templos Pha That Luang, Wat Si Saket y Haw Phra Kaew, que alojó durante un tiempo al célebre Buda Esmeralda. Además en los alrededores se ubican las cataratas de Tad Leuk y Tad Xay así como la reserva forestal más antigua de Laos.
Luang Prabang
La primera capital de Laos, es el corazón histórico del país. Una ciudad apacible sin turismo de masas, de esas que uno ya no espera encontrar. Declarada Patrimonio de la Humanidad por La Unesco en 1995, Luang Prabang cuenta con 33 templos dorados budistas, la mayoría de ellos perfectamente conservados. Por sus calles, pasean a diario monjes con las clásicas túnicas color azafrán que peregrinan durante la Tak Bat o la Procesión de las almas. Contemplar en silencio este rito con los maravillosos templos de fondo es algo único que hay que experimentar al menos una vez en la vida.
Meseta de Bolaven
La meseta de Bolaven es el clásico refugio para mochileros en busca de aventuras. En ella encontraras pueblos remotos, junglas vírgenes, paisajes espectaculares a base de cafetales o cataratas y cascadas que te dejaran con la boca abierta. El lugar perfecto para los amantes del senderismo y el trekking . También se puede practicar un poco de turismo de aventura por sus ríos rápidos o darse un chapuzón en sus frescas aguas. Además en la zona también habitan grupos tribales de gran interés cultural, como la etnia Katu, en el que sus habitantes desde muy temprana edad comienzan a fumar opio.
Wat Phou Champasak
Este templo perdido y devorado por la jungla fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2001. Este conjunto arquitectónico laosiano tiene una estructura única y es sin dudas el gran tesoro del país. Este santuario del periodo Angkor está bastante alejado de sus hermanos de Camboya y aunque algo más pequeño, rebosa misterio y leyenda. Además, está rodeado de vegetación y en sus cercanías podremos ver simpáticos búfalos de agua.
El Mekong
El famoso río Mekong es el alma de laos y navegar por él es la mejor forma de descubrir el país. Las históricas barcazas, te llevan a visitar los paisajes más bellos de este enorme río, donde conocerás la identidad e historia del país así como el modo de vida de sus gentes.
La ruta más popular conecta Luang Prabang con Huay Xai (el acceso al Triángulo de Oro) pero si visitar todos los templos y parajes naturales de este increíble país te ha dejado agotado sus islas(Si Phan Don) son el lugar perfecto para disfrutar del atardecer o para practicar un poco de kayak.
La sonrisa Laosiana
Se dice que Tailandia es el país de las sonrisas, pero quien lo dijo no había estado en Laos. Sus habitantes son tranquilos, amables, humildes, hospitalarios y cualquier cosa que digamos de ellos se queda corta. Así que en tu viaje por Laos no dudes en sonreirles o acercarte a ellos, ya que te dejaran participar en sus rituales y compartirán contigo la tradicional gastronomía de la zona.
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