Myanmar Emergencia
Acción contra el Hambre ( ONG coloaboradora con Club Marco Polo) realiza una primera distribución de arroz y pastillas potabilizadoras a 25.000 personas en Bogalay
Desde Yangón, el equipo de Acción contra el Hambre acaba de salir hacia la zona con un primer stock de emergencia: dos camiones cargados con 10 toneladas de arroz y pastillas potabilizadores, para realizar una distribución alimentaria de 25.000 raciones. Las dificultades de acceso, el aislamiento de las víctimas y la falta de información agravan la tragedia que sufren millones de birmanos.
08/05/2008
Tras el paso del ciclón Nargis el pasado 2 de mayo, el balance de fallecidos no deja de aumentar mientras la situación de los damnificados empeora día a día. Cinco días después del desastre, las vías de salida de la capital, Yangón, comienzan a despejarse y la canalización de agua vuelve poco a poco a funcionar. Aunque surgen otras dificultades mayores: “Uno de los principales problemas ahora es el combustible. Nos tememos lo peor porque de las dos refinerías que hay en Birmania, una ha quedado totalmente destruida y la otra está en muy mal estado. Las colas en las gasolineras son interminables” explica Felix Léger, jefe de misión de Acción contra el Hambre. “El otro problema no menos grave es el acceso a bienes básicos: los supermercados están fuera de servicio y la gente busca sus provisiones en pequeños comercios, a precios cada día más altos” detalla.
Esta brutal subida de precios ya afectaba al país antes de la catástrofe, una situación que ha empeorado tremendamente con la devastación del llamado “granero” del país, la zona del delta. Los birmanos están condenados por partida doble. Por ello, Acción contra el Hambre considera que la ayuda internacional debe duplicarse para hacer frente también a una futura crisis alimentaria que llegará en cuanto las reservas de comida se agoten.
Un primer convoy a Bogalay
La zona de Bogalay, con una población aproximada de 350.000 habitantes, ha sido una de las más devastadas por el ciclón. Se estima que hay 10.000 fallecidos, aunque por la falta de información precisa, el equipo de Acción contra el Hambre teme que sean muchos más.
Antes del paso del ciclón, la población de esta región se encontraba ya en una situación de gran vulnerabilidad. Según un estudio realizado por Acción contra el Hambre en febrero de este año, el 80% de los puntos de agua estaban en mal estado y cerca del 70% de la población no tenía acceso a agua potable.
Un equipo de Acción contra el Hambre acaba de salir hacia la zona con un primer stock de emergencia: dos camiones cargados con 10 toneladas de arroz y pastillas potabilizadores, para realizar una distribución alimentaria de 25.000 raciones.
El segundo convoy está preparándose para salir en breve desde Yangón, con productos de primera necesidad (utensilios de cocina, de higiene…), mantas y material para potabilizar el agua. Por la dificultad del contexto y la magnitud de la emergencia, Acción contra el Hambre multiplicará todo lo que sea necesario las idas y venidas desde la capital hasta la zona afectada con el fin de hacer llegar todo el stock lo antes posible. “Aunque por mucho esfuerzo que hagamos, si continúa faltando la gasolina, corremos el riesgo de tener que limitar nuestros desplazamientos y nuestra capacidad de intervención” explica Felix Léger. Por el momento, todo el equipo de la organización en el país, 22 cooperantes y 300 trabajadores locales, están movilizados y a la espera de un refuerzo de diez cooperantes más de la organización que están pendientes de obtener sus visados para salir inmediatamente a Myanmar. Una vez allí, comenzarán a distribuir ayuda a otra de las zonas afectadas, en el sur del país. Un stock de emergencia también está preparado para enviarse en cuanto sea posible.
La situación no deja empeorar. Cada noticia que llega del equipo en el terreno revela necesidades cada vez mayores y más importantes. Tras el desastre natural que acaba de asolar el país, Myanmar corre un serio riesgo de sufrir una catástrofe humanitaria.
Acción contra el Hambre Francia trabaja en Myanmar desde 1994, en proyectos de nutrición, agua y saneamiento y seguridad alimentaria que benefician a 140.000 personas.
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