Turismo de naturaleza en Las Azores

No hay destino más natural en Europa, según la red de destinos verdes Green Destinations. Su exuberancia ha convertido al archipiélago de las Azores en un paraíso para amantes de la naturaleza, el senderismo y la aventura.

Al contrario que la bulliciosa y turística Madeira, las Azores gozan de un turismo comedido, respetuoso y centrado en el disfrute de sus espectaculares paisajes. Mil y una rutas atraviesan estas nueve islas entre volcanes, lagunas termales, bosques de laurisilva, playas de lava, cráteres y un litoral hermosamente escarpado. En semejante escenario natural, hay quien es feliz observando los alrededores y quien aprovecha las múltiples opciones activas que se han desarrollado en el archipiélago portugués para descubrir las islas a la vez que se practica deporte y se descarga adrenalina.

Rutas en bicicleta, mountain bike, jeeps, piragüas, natación con delfines, observación de cetáceos como la ballena azul ¡el animal más grande de La Tierra con cerca de 30 metros!… ¡naturaleza y aventura se dan la mano en las Azores!

Qué hacer en Las Azores

En las Azores es posible hacer cosas que difícilmente se pueden realizar en ningún otro lugar. Un ejemplo es pasear sobre una parte de isla que no existía hace apenas 50 años. Y es que en 1957 la erupción de un volcán submarino añadió 2,4 kilómetros de terreno a la isla Faial.

Bañarse en la laguna termal de Terra Nostra, caminar entre los cráteres de Sete Cidades, conducir por la sobrecogedora carretera del Nordeste y ver una de las mejores puestas de sol del mundo desde el santuario del islote de Monchique, en la Ponta dos Fanáis, son también fantásticas recomendaciones para exprimir al máximo nuestra estancia en el edén atlántico.

Más allá de la naturaleza, la gastronomía tradicional también ofrece grandes alicientes al viajero con platos como el cocido con batata doce e inhame, que tarda seis horas en hacerse, bajo tierra, al calor del volcán. Y, como curiosidad, es recomendable probar las lapas a la parrilla, el cavaco -una especie de langosta- y las cracas: crustáceos que difícilmente llegan hasta el comensal en otros lugares.